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13.9.10

Naïve.

¿Por qué sigo siendo tan ingenua?
Todo empezó en diciembre del año pasado. Él entró en mi vida. Y todavía no quiere irse. Al principio pasaba de él, le ignoraba. Hasta que se hizo imposible, porque descubrí que había encontrado una persona que me llenaba de verdad. Hice lo que pude, pero todo fue inútil. Él se empeñó en seguir ahí. Poco a poco nos hicimos amigos, pero la atracción era más fuerte que la amistad, y siempre acabábamos igual. Juntos. Pero después discutíamos, y nos enfadábamos, y volvíamos a la rutina, y volvíamos a chocar. Como dos polos que se atraen, pero no soportan la idea de estar juntos. Luego vinieron los juegos. A él le encantaban, a mí no. Pero le seguía. Era el único modo de tenerle de alguna forma. No sabía qué hacer. En julio decidí irme un mes, y pensar.
En ese mes pasé los mejores ratos probablemente de toda mi vida. Pero seguía sin aclararme. Hubo un chico, o dos, pero no le sustituían. Al fin y al cabo sabía que en cuanto el mes se acabase todo volvería a la rutina, y también sabía que en cuanto le viera se me caería el mundo abajo...
Hizo falta volver y una semana para convencerme. Estuvimos juntos, pero más que juntos. Fuimos amigos, cómplices y amantes. Nos disfrutamos como nunca antes lo habíamos hecho. Nos reímos, lo pasamos bien. Estabamos compenetrados. Era una sensación que no había tenido nunca antes. Fue algo distinto. Pero fue especial. Después me tuve que ir de vacaciones y le dejé solo entre un mar de mujeres, al cargo de varias buenas amigas. Una de ellas me traicionó. Los dos lo hicieron. Y tras eso todo se convirtió en una farsa, una mentira que nunca había sido real. La ilusión se rompió en mil pedazos, y me sentí muy sola. Tremendamente sola. Esperando una explicación, pensando en cada segundo, en dónde me había podido equivocar. Todo fue en vano. Él me había perdido para siempre.
Después el se arrepintió como nunca antes lo había hecho. Me dijo que me quería, y que no me iba a dejar escapar. Lo más irónico de todo es que yo también le quería, y me moría por estar de nuevo con él. Pero fui fuerte. Caí a la semana. Me levanté. Pasé página.
Aún así sigo recordándole en cada instante. No es el fin de nada. Sólo el comienzo de lo que podría llegar a ser una pesadilla si no logro olvidarle.
Por eso me pregunto por qué seré tan ingenua. Aún creo que puede cambiar. Y quiero que volvamos a estar juntos. Necesito ayuda. Urgente.

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